alors miss chocolat

Hola Hermosa.
Te extraño, sabes.?
Me resulta insoportable cargar con tu indiferencia y arrastrar todo el tiempo al perro de bronce que dejaste a mi cuidado. Me habla de vez en cuando, en los momentos más incómodos de tu ausencia. Para recordarme que si en algún momento estuviste, podrías volver ya casi.
Quisiera devolver el día a cuando bañamos en metal el contenido de nuestras maletas, juntos, jugando a ser escultores. El resultado siendo nuestro perro. Tu perro. Malatesta.
Malatesta está vuelto un loco... sabes.?
Y yo te extraño tanto. Estoy obsesionado con hacer que todo sea como antes. Como en el principio de nuestros días juntos. Y pues me niego a aceptarte así.
Lo juro, que los ciegos te cantan por las calles, y yo sigo el sonido que me lleva una y otra vez al lugar donde dejé de ser yo. Y no sé cómo volver.
Dime quién quieres que sea.
Si ya soy la puta de tu atención. Tu eres la puta de mis deseos. Y a mis ojos no hay nada más romántico que eso.
Quiero oírte, escuchar el golpeteo de tus palabras y sentir tus manos rezándome el cielo entero. No sabes la risa incontrolable que me causa la contracción de las horas. El reloj, los relojes sístole-tic-diástole-tac-sístole-tic-diástole-tac.
Niña si supieras que el cuerpo me estorba para poderte abrazar y llevarte a ese cielo donde dicen que tu risa, Claudia, es el sonido de dios. Donde mis palabras dejan de ser mías, para ser lo que tú quieres oír.
Puta por qué no apareces. Y puta que te sigo esperando.
Te extraño, sabes.?